Valencia 3 Betis 0 por jordixana
Un penalti estropeó el partido. No lo fue. Empeoró el juego de un Valencia superior hasta entonces. Mejoró el del un Real Betis obligado a jugar con diez durante una hora y cuarto. Muñiz Fernández debió emparejar las cosas con la segunda amarilla a Mathieu. Se saltó la tarjeta. Paulao acabó con las esperanzas de la heroica verdiblanca con un gol en propia meta a cinco minutos del final. [Así lo vivimos en MARCA.com]
"A ver el lunes si Arminio me explica por qué el Betis es el tonto de la Liga", dijo Pepe Mel, técnico del Betis, al terminar el partido. Tiene razones para el enfado porque las decisiones de un mal árbitro minaron de forma decisiva las opciones de su equipo en un estadio que, tradicionalmente, no se le da bien. Los errores clamorosos de este colegiado condicionan con demasiada frecuencia a algún equipo. O le faltan condiciones o es interesado. Si creemos en su honestidad hemos de declararle, entonces, incapaz para el oficio.
El penalti a Soldado ofrece dudas hasta en las primeras repeticiones de la tele. Sólo ralentizada la imagen se aprecia que Amaya midió mal al intentar desviar la pelota y que trabó al delantero. El defensa era el último hombre y entorpece al rival justo cuando va a chutar a puerta. La roja es menos cuestionable que la señalización de la pena máxima. Adrián ni siquiera adivinó el lado por el que le mandó Soldado el balón despacito (min. 16). Hasta entonces había sido mejor el Valencia.
El entrenador del Betis reorganizó muy bien a su equipo. Quitó a Campbell y devolvió el equilibrio a la defensa con la entrada de Paulao. El nuevo escenario alteró el sentido del espectáculo entre dos equipos que observan un puesto en la próxima Champions League desde diferente prisma: para uno es una obligación y para otro un objetivo imprevisto e ilusionante.
Tras el descanso mejoraron aún más las prestaciones béticas. El Valencia se vio sorprendido por el arranque de casta de su rival y debió multiplicarse para sacar balones de su área. Las fuerzas debieron quedar igualadas si Muñiz Fernández hubiese amonestado a Mathieu, que ya tenía tarjeta, por un agarrón clarísimo a Rubén Castro en la frontal del área valencianista. El ariete siguió buscando la portería y Diego Alves evitó el gol con un paradón.
Al fogoso Betis se le escaparon las fuerzas poco a poco. El tanto de Paulao en propia puerta (min. 85) desfondó del todo sus esperanzas. El Valencia remató el partido con un golazo de Jonas (min. 92). Luego explotó el entrenador del Betis. El lunes le explicará el jefe de los árbitros a él y a unas decenas más de compañeros por qué este año les hacen ver tantos partidos desde la grada cuando protestan. (Marca)