No hay quien pueda con este Levante, que sumó en el Benito Villamarín su cuarto triunfo consecutivo y confiscó el liderato de la Liga gracias a un gol de Juanlu. Desde que vencieron al Real Madrid, los granotas se están mostrando intratables: defienden como pocos, aprovechan sus oportunidades y saben manejar sus ventajas cronómetro en mano con mucho oficio. No es casualidad que todavía no hayan perdido y que sólo hayan encajado tres goles en siete partidos. El mérito es de Juan Ignacio Martínez y de sus hombres, unos currantes del fútbol que viven el momento más dulce de sus carreras.
El mejor ejemplo es Sergio Ballesteros, un guardaespaldas implacable en el área. Entre él y Nano cortaron el paso a un Betis que se atragantó con el hueso valenciano en la sobremesa calurosa de Sevilla. Las malas noticias en Heliópolis llegaron pronto cuando en el minuto cinco cayó herido Mario tras un encontronazo con Koné. El sangriento accidente despistó a los locales, que a punto estuvieron de encajar el primero en un horrible remate cruzado del marfileño. Los problemas en la retaguardia verdiblanca resultaron evidentes, sobre todo en el lateral derecho con Chica impotente para frenar las internadas de Juanlu.
En la zaga contraria, el único que parecía desconocer la combinación de la caja fuerte era Javi Venta ante Jefferson Montero. El ecuatoriano le ganó en el duelo particular, pero Pepe Mel decidió dejarle en el vestuario al descanso. Decisión cuestionable, igual que borrar a Salva Sevilla del once para dar entrada a Juanma. Un disparo suyo desde la frontal fue su única aportación en ataque. Más activos estuvieron Jonathan Pereira y Santa Cruz, pero encontaron con alambre de espino camino del arco de seguridad de Munúa.
El Levante sabe a lo que juega y cuáles son sus armas. Tiene mandíbula para encajar, piernas para mantenerse de pie y una izquierda capaz de tumbar a cualquiera. En el 33', Valdo apareció para centar al segundo palo y Juanlu enganchó una volea que se coló entre las piernas de Casto. Celebró el tanto pese a su pasado bético y se llevó la pitada de la tarde. Encajar el 0-1 fue la peor noticia posible para el Betis ante un equipo que cuando se adelanta es muy mal enemigo.
Koné no resuelve, el Betis se desquicia
Aprovechando el estado de shock de los béticos, Barkero empezó a hacer de las suyas. Tiene calidad de sobra para imaginar mientras Xavi Torres e Iborra le hacen el trabajo sucio. Uno de sus pases marca de la casa casi desemboca en el segundo, pero a Valdó se le fue el control largo ante Casto. La tiritona local antes del descanso la desaprovechó Koné, el peor de largo de su equipo. El vehttp://www.blogger.com/img/blank.gifrdugo del Madrid no supo serlo del Betis en un mano a mano resuelto de la peor manera, con un remate flojo y centrado al muñeco con toda la portería disponible.
Parecía que el Levante podría acordarse de esa jugada, pero lo cierto es que el Betis no tuvo una tan clara en el resto del partido. Quizá la mejor llegó en el descuento de la primera parte con un remate de Jonathan Pereira que despejó en boca de gol Nano cuando Santa Cruz preparaba la caña. En la segunda, el Levante salió con la camisa de fuerzas preparada para mantener controlado a su rival, que no encontraba la manera de crear peligro dentro del área. Fuera, Beñat no tuvo su día en los libres directos.
Los cambios de Mel poco aportaron, aunque al canterano Pozuelo se le vio con desparpajo y ganas de comerse el mundo. Juan Ignacio Martínez, JIM para los amigos, utilizó los suyos para solidificar el centro del campo y asegurar los tres puntos mientras el Betis se desquiciaba reclamando pérdidas de tiempo. Cuando quiso darse cuenta, había llegado su hora. (Marca)
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