Dicen que para jugar en el Real Madrid hay que tener pelotas. Le sobran a Gonzalo Higuaín, que volvió a llevarse el balón a su casa de recuerdo después de devorar al Betis. El argentino metió tres goles que descosieron a los verdiblancos y lo hizo con la facilidad con la que se comería una bolsa de pipas.
El Madrid regaló 45 minutos y solucionó el partido tras el descanso, al que jamás en la vida se hubiese querido ir el Betis. Los blancos abrieron el marcador casi desde la ducha en la primera jugada de la segunda mitad. Marcelo se la dio al espacio a Cristiano y fue el principio del fin para Chica y para el Betis. Ronaldo rompió por velocidad y sirvió un caramelo a Higuaín, que no despreció el regalo de su buen compañero. Ahí se acabó lo que se daba después de un primer asalto bien disputado por los de Mel.
Ese gol fue el primero de Higuaín, que, otra vez, marcó tres goles y se marchó más feliz que una lombriz. El argentino está que lo tira y repitió curso de precisión en el remate. El segundo lo hizo recortando a Casto y metiéndola en la jaula sin demasiado angulo y en su tercer tanto, el cuarto del Madrid, utilizó la cuchara que tanto gusta en el Bernabéu, de buen paladar.
La solidaridad de Cristiano
Antes, se le estaba atragantando al Madrid el Betis, que cambió el chip y retrocedió posiciones después de comenzar mandando en el estadio madridista. El dominio bético duró lo que estuvo Vadillo en el campo. El chaval se fue al suelo en un choque con Sergio Ramos y se llevó la peor parte al caer cerca del banderín. El canterano, un chaval atrevido, se retiró desconsolado en camilla.
El Madrid comenzó perezoso y, ya con el mando cuando se retrasó el equipo verdiblanco, no aprovechó su momento. El Betis perdió unos cuantos balones comprometidos y los de Mourinho generaron ocasiones que tiraron a la basura. No atinó ni Cristiano, que falló más de la cuenta con los controles en su partido oficial 100 con la camiseta blanca.
Segundas partes siempre fueron buenas
Tras el descanso, todo fue otra historia. Marcó el Madrid y se le vino el mundo encima al Real Betis, descompuesto. Higuaín abrió el marcador en la primera jugada de la segunda mitad y Kaká hizo el 2-0 en el minuto 59. Cristiano volvió a ser un buen compañero y asistió a su amigo, que volvió a dar gracias al cielo después de hacer un tanto muy suyo, de los de rosquita al palo largo.
Justo tras ese gol entró al campo el agitador Di María, que pensó rápido y en el momento justo. Él dio el tercero y el cuarto a Higuaín, que definió delante del portero como otros lo harían a puerta vacía.
Poco pudo hacer el Betis, al que no le duró ni un minuto la alegría del 2-1, obra de Jorge Molina, aliado de Rubén Castro, que la montó con los defensas del Madrid despistados dentro de su área. El 'Pipa' puso las cosas en su sitio en el 70' y se quedó con otro balón para la colección. A este paso, un día, va a tener que quitar un sofá de casa para que entren sus recuerdos de goleador insaciable. (Marca)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ánimo pon tu comentario