martes, 24 de enero de 2012

Betis 1 Sevilla 1


BETIS 1 SEVILLA 1 por acosart

Betis y Sevilla demostraron que tenían muchas ganas de volver a verse las caras. Se han echado de menos y el derbi sevillano, de regreso tres años después, fue un ejemplo de quererse. Los sentimientos no se esconden y no lo hicieron ni verdiblancos ni rojiblancos, que quisieron más que nada en el mundo llevarse el derbi y decirle al vecino su nombre como presidente de la comunidad, pero el partido y la ciudad se quedaron sin dueño.

El derbi sevillano tuvo todos los ingredientes que garantizan un buen plato hasta para los paladares más exquísitos. Hubo pasión, alma, tensión, polémica y también fútbol, el aliño que marca la diferencia. El encuentro pasó por todo tipo de situaciones. El Sevilla fue más feliz hasta que marcó Beñat, Negredo borró la sonrisa bética con el empate y la expulsión de Fazio retrasó a un gran Sevilla que se escondió con uno menos. Tuvo que aguantar el chaparrón y el Betis, lanzado por obligaciones númericas de futbolistas sobre el campo, no se hizo con su rival. Todo acabó en empate y nadie dominó a nadie.

Marcelino se atrevió cuando había que hacerlo, en la casa del vecino y rival de toda la vida. El Sevilla fue valiente y proclamó su nombre en hogar ajeno. Mereció mayor premio antes del descanso, pero ya sabemos que en el fútbol hay que ejecutar. Casto aguantó como un titán enfrente de Negredo y Luna y también sacó un buen guante a cabezazo de Fazio. Con Navas su figura no fue suficiente. Jesusito le hizo dudar y Negredo lo aprovechó empatando con la testa en el 41'.

Antes, había marcado el Betis, que cambió de guión y tampoco desentonó. Apostó por robar y aprovechar los espacios. Todo fue más fácil con Beñat al mando de las operaciones. Su derecha fue el volante verdiblanco y también el rifle de precisión. Él fue el que abrió el marcador en el minuto 26 y lo hizo con mucho estilo. Superó la barrera en un golpe franco y acomodó la pelota en la red con la facilidad con la que los buenos vencen en las películas.

Flechas e indios
Tras el descanso, el filme tuvo otro escenario. El Betis llegó más y mejor y el Sevilla se acordó de que también tenía portero. El tiempo no le hizo un favor a los nervionenses, a los que se les hizo largo el partido y más con la expulsión de Fazio.

El Sevilla se quedó con uno menos en el 69' por decisión de Velasco Carballo, demasiado severo con el central argentino, que adelantó su ducha por dos entradas que no necesitaban a la Polícia para tomar la matrícula y, después, quitar el carné.

La superioridad numérica obligó al Betis a no conformarse con la no derrota y se lanzó a por Varas, que se mantuvo con vida a pesar de las flechas que buscaron su portería. No hubo más goles y Betis y Sevilla se despidieron con un punto cada uno. El derbi tuvo ese color que le hace tan especial, pero ni el verde ni el rojo colorearon Sevilla, un encanto de ciudad dividida. (Marca)

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