Betis 1 Osasuna 0

BETIS 1 OSASUNA 0 por acosart

Había miedo en el Benito Villamarín a perder lo que Rubén Castro había construido con unos pocos metros de espacio y un derechazo a la escuadra. El Betis venció a un Osasuna (1-0) que supo frenar su juego, pero no tuvo plan para crear el suyo cuando se vio en desventaja. [Así lo vivimos en MARCA.com]

José Luis Mendilibar propuso un partido encorsetado, incluso valiente con una defensa que a menudo se contó de tres por el ánimo ofensivo de Damià. Además, rodeó de hombres el centro del campo del Betis y lo desconectó de los jugadores de arriba. Para el ataque tenía dispuestos a Lamah y Cejudo por las bandas. No le dieron resultado y aunque tuvo el balón no supo cómo aprovecharlo.

El equipo bético se fue adaptando el corsé del rival hasta sentirse cómodo y adaptado para la contra. Rubén Castro ofreció las mejores soluciones. Beñat, los mejores pases. Desde el perfil izquierdo llegaron las mejores ocasiones, incluida la de un gol colocado en la escuadra por obra y gracia de la imaginación del habilidoso extremo canario (min. 34).

Tras el tanto encajado afloraron aún más las carencias atacantes de un Osasuna inocuo. Fabricio apenas tuvo apuros en su portería toda la tarde. Tampoco en exceso Andrés Fernández en la otra área.

El partido se afeó por las imprecisiones constantes derivadas de cierta impotencia. Raúl García pisó en el talón a Jefferson Montero. Quiso restarle importancia. Se hizo el huidizo, pero el colegiado Ayza Gámez lo expulsó debidamente.

A pesar de la media hora que gozó el Betis con un jugador más no vio cómo encauzar una victoria más clara. Ante la impotencia reculó insconscientemente, y se preparó para pasar unos apuros en los minutos finales que no llegaron. El marcador señalaba la ilusión mirar por fin con más descaro a Europa que con miedo al pozo de Segunda.

La mayor amenaza a sus temores fue un cabezazo desviado de Ibrahima. El propio delantero de Osasuna pidió penalti en el tiempo añadido por una patada de Iriney. (Marca)