jueves, 4 de octubre de 2012

Malaga 4 Betis 0


Malaga 4 Betis 0 por acosart
El Málaga de Pellegrini podría tener desde hoy un cuadro más en La Rosaleda. En él plasmó su fútbol contra el Betis, precioso y efectivo a partes iguales. El conjunto boquerón fue un escándalo y le metió cuatro a los verdiblancos entre lazos. La obra de arte le salió muy cara a los de Mel, que conocieron su destino en el partido en cuanto se quedaron con uno menos en el 11'. No sabemos que hubiese ocurrido con Casto, pero sería injusto restar méritos al Málaga. También lo sería si medimos al Betis obviando la jugada en la que se sustentó el maravilloso partido de los locales. El equipo verdiblanco tenía la pelota, pero la perdió a los diez minutos y fue como perder la vida. Saviola estuvo más listo que nadie, asistió al espacio y, por allí, apareció Eliseu para plantarse dentro del área y ser derribado por Casto. Fue penalti, expulsión y la condena bética. Adrián San Miguel se puso bajo palos y marcó Joaquín para celebrar algo que era más que un gol. El partido se había acabado, pronto, muy pronto. El delantero olvidado El Betis, sin Rubén Castro, no pudo hacer otra cosa que achicar agua viendo la que se le venía encima, que se le vino. El Málaga jugó maravillosamente bien y los béticos ni detectaron sus pasos. El equipo de Pellegrini ha dado otro paso. Es mejor equipo que el año pasado después de superar muchas dificultades. El proyecto de El Ingeniero está muy bien construido. Muchas ocasiones tuvo el Málaga, todas bien dibujadas, pero el segundo lo marcó Saviola después de un pase de Portillo en fuera de juego. El conjunto blanquiazul jugó muy bien con la pelota y también sin ella. No tuvo bastante con mandar, no quiso ni que el Betis hablase. Se recuerdan pocas concesiones, sólo un disparo de Jorge Molina que sacó Caballero ya con el partido finiquitado. La clase de Isco Mel vio desde fuera lo que estaba pasando y no encontró soluciones. Quitó a Rubén Pérez antes del descanso, entró Nono, y se acordó de Rubén Castro al inicio de la segunda mitad. De nada sirvió, sólo para que el Málaga se siguiese divirtiendo. Isco y Portillo camparon a sus anchas y el primero demostró en el 4-0 que es diferente a los demás. Se plantó delante de Adrián y le batió con pajarita. Poco antes, el tercero se lo había metido Amaya. El Betis ya no supo donde meterse. (Marca)

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