domingo, 7 de abril de 2013

Granada 1 Betis 5


Granada 1 Betis 5 por jordixana 
En un visto y no visto. Así solucionó el Betis su partido en Granada, donde dio una auténtica exhibición al contragolpe y de cómo ganar un partido lo más rápido posible. En cuatro minutos, los que pasaron del 30' al 34', al equipo verdiblanco le dio tiempo a hacer tres goles que convirtieron todo lo que quedaba, que era mucho, en un simple acompañamiento. El Real Betis se marchó a casa viajando en avión, no en autobús, y pensando ya en el derbi del próximo viernes. La herida de lo que pasó en el Pizjuán todavía no se ha curado y, una vuelta después, el beticismo atacará con todo. Lo hará igual que hizo en Granada, territorio que utilizó para demostrar sus virtudes a campo abierto. Con espacios, te puede hacer un traje. Se lo hizo al equipo de Alcaraz, que murió con dignidad sabiendo que había perdido una hora antes del final del combate. El Granada, que se jugaba la vida y se la jugará hasta final de temporada, apretó al principio, pero no dio para más. El encuentro, después, entró en un tramo de demasiada tranquilidad que resultó ser una trampa. A la media hora hubo una descarga eléctrica y en cuatro minutos el Betis se cargó a los nazarís. Lo del Betis estaba calculado. Lo hizo rápido y sin dejar rastro. Los dos primeros goles fueron obra de Rubén Castro y en los dos participó Pabón, que se ha acoplado en el esquema de Mel como anillo al dedo. Primero, marcó el canario después de un disparo al aire del colombiano. Cuando el balón le cayó a Rubén ya sabíamos lo que iba a pasar. Amagó y marcó de tiro raso. Dos minutos después, remató en línea de gol un tiro de Pabón que había pegado en el larguero y que no quiso entrar. Antes de ellos dos apareció Vadillo, el lanzador de las dos flechas. Sin tiempo para pensarlo, el Granada recibió el tercero cuatro minutos después del primero. Toño salió a por uvas, Paulao cabecó al larguero e Íñigo López se la metió en su portería. No pudo hacer otra cosa. Tampoco el Granada, derrotado como quien no quiere la cosa sin tiempo para asimilarlo. La guarnición El encuentro se acabó demasiado pronto. No habría pasado nada si Pérez Lasa se hubiese ahorrado 45 minutos, en los que hay que decir que el Granada no arrojó la toalla. Era imposible, pero fue un equipo digno. Recibió uno de Pabón, Aranda marcó el de la honra y Ángel cerró la cuenta en otro contragolpe. No jugar la segunda mitad lo hubiese agradecido el Granada, que no habría perdido a Siqueira para el Calderón. Fue expulsado por doble amarilla, la segunda por tirarse dentro del área. Quiso engañar al árbitro y lo pagó muy caro. Los jugadores del Betis, dicen, se fueron corriendo a la ducha para irse pronto a Sevilla. Tienen prisa para todo, también para ganar al vecino. Se saltarían seis días de la próxima semana para ver lleno el Villamarín y jugar el derbi ya mismo. (Marca)

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