domingo, 31 de octubre de 2010

Betis 0 Zaragoza 1


El Zaragoza se dio un baño de moral y logró su primera victoria en lo que va de temporada al ganar por la mínima en el Benito Villamarín. Un tanto de penalti de Gabi dejó encarrilada la eliminatoria ante el Betis y ofreció un respiro al equipo y a José Aurelio Gay, ahogado hasta el momento por las urgencias.

Quizá por ese miedo a fracasar, a sufrir otra decepción, el técnico del equipo maño planteó un partido marcadamente defensivo y conservador. Con tres centrales (Jarosik, Pinter y Lanzaro) y Edmilson por delante de la defensa, quedaba claro que las intenciones del Zaragoza eran esperar su momento y recibir pocas ocasiones.

Puede gustar más o menos, pero el caso es que en el Benito Villamarín la fórmula funcionó. La falta de ideas del Betis en los últimos metros, sin lugar a dudas, contribuyeron a ello. Con voluntad pero sin velocidad, el equipo de Pepe Mel fue demasiado previsible y poco agresivo en sus acciones.

Emaná contra el mundo
Con la voluntad local y el conformismo visitante, el partido tomó un cariz tan esperado como aburrido: el Betis dominaba sin crear apenas ocasiones y su rival se limitaba a guardarse las espaldas.

Sólo algún intento aislado de Emaná sacudió un primer tiempo infame en el que lo más llamativo fue una posible mano de Jorge López dentro del área del Zaragoza. El colegiado Estrada Fernández, como ya mostraría más adelante, no estaba para muchos jaleos. O al menos hizo lo posible por evitarlos.

El paso por vestuarios trajo consigo un cambio de orden, con un Zaragoza más incisivo y un Betis que se fue apagando con el paso de los minutos. Otro posible penalti, esta vez de Isidoro a Braulio, desató los nervios en el conjunto verdiblanco y provocó la reanimación de los de Gay.

Máxima rentabilidad
La defensa adelantada del Betis sufría con cada balón largo rival y en otro de esos balones a la espalda de la zaga se decidió el partido. Braulio esperó a Fernando Vega dentro del área y el defensa, pasado de revoluciones, cayó en la trampa. Gabi hizo el resto desde los once metros.

Como era de esperar, el Betis encerró a su rival en el área y Mel movió fichas con la esperanza de dar con la tecla. No fue así y el Zaragoza se llevó un premio tan inesperado como necesario para trabajar con tranquilidad en el próximo compromiso liguero, donde aún no ha conseguido lo que precisamente logró hoy: firmar su primera victoria.
(Diario Marca)

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