domingo, 31 de octubre de 2010

Betis 4 Rayo 0


Emaná tiene andares de cuadrilátero. Deambula cansino de punta a punta del área, pero se le despierta el instinto si nota que a un rival se le aflojan las piernas. El camerunés es el obsequio de un Betis de Primera, el que le recuerda cada jornada aquello del 'yo estuve allí'. También es una pandemia. Contagia su carácter a un equipo paciente y contundente. El Rayo fue valiente en el Benito Villamarín. Se descubrió el alma sin quererlo y se la rasgaron a jirones.

La goleada escoció al Rayo porque volvió a Madrid convencido de que no la mereció. La exhibición bética de la segunda mitad tuvo como origen un gol afortunado de Salva Sevilla (min. 14) que rompió el partido a su favor sin merecerlo. Abre brecha el líder, que deja a cinco puntos al conjunto rayista -tercero-.

La actitud del equipo de Sandoval fue encomiable en la primera parte. Consiguió que se jugase en poco menos de 40 metros, en el centro del campo, con un trabajo gran trabajo de presión de Movilla, Javi Fuego, Trejo, Delibasic y Borja García que maniató al Betis. Cuando bajó la intensidad se le acabó la aventura.

Aunque la fortuna también cuenta en el deporte, en los momentos adversos es donde el Betis ha demostrado esta temporada que es el gran candidato al ascenso. Salvó el agobio sin convertir su portería en una diana. Se fue al descanso con ventaja y luego resolvió en diez minutos. Beñat (min. 49) y Rubén Castro (min. 54) colocaron el 3-0.

En la actitud de Cobeño en el descuento emergió la impotencia de todo el Rayo Vallecano. El portero recriminó a Emaná que marcase a lo Panenka (min. 84) el penalti que dio origen al 4-0. Se tragó el engaño y sintió herido su orgullo. "A ver si eso lo hace en Primera", le retó públicamente tras el partido. Da la sensación de que el souvenir camerunés dejará de ser un llavero a final de temporada. En las tiendas del Betis preparan camisetas con un 'Ya estoy aquí otra vez'.
(Diario Marca)

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