jueves, 22 de marzo de 2012

Betis 2 Real Madrid 3


Real Betis Balompié / Real Madrid C.F. 10/03/2012 por Litaluca

El Real Madrid salvó tres puntos que pudo dejarse perfectamente en el Benito Villamarín. El Betis le jugó de igual a igual, se puso por delante y le apretó hasta el final del partido, que ocupará horas en tertulias y foros conspirativos durante toda la semana. Al Madrid le salvó, una vez más, el olfato de Cristiano, que dio otro recital ofensivo. Pese a todo, fue demasiado castigo para un Betis que, polémicas arbitrales al margen, volvió a demostrar que para medirse a los grandes hace falta, sobre todo, atreverse. Y muy pocos lo hacen.

Se avecina semana de árbitros. Pocos hablarán de lo bien que jugó el Betis ante el líder. De cómo Pepe Mel cambió a Jefferson Montero de banda para anular a Marcelo, lo que redujo notablemente el caudal ofensivo del líder en el primer tiempo. De cómo le ganó al líder la batalla por el centro del campo -y no sólo por una simple cuestión numérica-, de cómo le desconectó de sus jugadores de ataque durante prácticamente todo el partido. De la jugada en tres toques que permitió el gol de Jorge Molina, que fusiló a Casillas tras una buen colada de Nacho ante Arbeloa -muy flojo toda la noche- y un control de Rubén Castro. Pudo haber mano, como la hubo de Xabi, ya en la segunda parte, y de Ramos, al final. La del central pareció la más evidente y sancionable. Y hubiera dado al Betis un punto que mereció más que sobradamente.

El Madrid salvó el primer revés a la contra. Su argumento preferido a principios de temporada resurgió con naturalidad para materializar el gol del empate. Lo anotó Higuaín, que volvió a hacer caja con un remate durísimo, después de un pase de Özil. El alemán fue el mejor de su equipo en el primer tiempo. Volvió a mostrarse clarividente y dejó un par de controles de museo, aunque le faltó acompañamiento. Con todo, el jugador del primer acto fue Jefferson Montero, que dio tormento a Marcelo y a Arbeloa, cuando decidía cambiarse de banda. Su verticalidad lanzó al Betis, que pudo irse por delante al descanso. Pero entre Casillas y el larguero salvaron la 'folha seca' de Salva Sevilla. Tampoco se hablará de ello.

Turno de Cristiano... y de Sagués Oscoz
El segundo tiempo fue de Cristiano, aunque Iturralde comenzaría reclamando un foco que acabó siendo decisivo. El colegiado se lesionó y cedió los trastos a Sagués Oscoz, un nombre que nos hartaremos de oír en los próximos días. Tampoco será muy justo con Ronaldo, que dio un curso de juego de ataque y remate. Lo hizo todo bien salvo los golpes francos, que se le siguen atravesando.

Ronaldo convirtió en el 1-2 la primera subida al ataque de Marcelo y pudo hacer un par de tantos más antes de anotar el 2-3, al cazar un rechace de Fabricio en el segundo palo. El portugués remató sin oposición, con la misma comodidad de la que disfrutó Montero para hacer el 2-2, en otro saque de esquina que el Madrid volvió a defender de forma penosa. Arbeloa quiso controlar con el pecho y lo que le salió fue una asistencia para el velocísimo delantero ecuatoriano, que fusiló a Casillas. No habían pasado ni cinco minutos del 1-2, pero es que el partido discurría a todo trapo. Fue el mejor tramo del encuentro, un descontrol delicioso para el espectador.

No se hablará de eso. Ni, a cuatro días de la Champions, de los recurrentes errores del Madrid en los balones aéreos, ni de las dos paradas de Casillas en la misma jugada en dos remates a quemarropa de Castro y Montero. Ni de cómo el Betis acabó jugando con cuatro delanteros, ni de la reaparición de Benzema, ni de los dos milagros de Fabricio ante Ronaldo o Marcelo -liberado por Mel de la amenaza de Montero-, ni del bien que le hizo al Madrid la salida de Granero en los minutos finales... Sólo habrá ruido. Aunque ni el mayor de los estruendos debería ocultar la principal noticia de la noche: que el Madrid salvó la emboscada del Villamarín y está noventa minutos más cerca del objetivo. (Marca)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ánimo pon tu comentario